Bondage o Shibari

Bondage

Es una denominación aplicada a los actos de atar con fines eróticos a una persona vestida o desnuda. Las ataduras pueden hacerse en una parte del cuerpo o en su totalidad, utilizando por lo general cuerdas; aunque también se puede ver, en muchas ocasiones, el uso de cintas, telas, cadenas, esposas y cualquier otra cosa que pueda servir para inmovilizar a la pareja. Con cierta frecuencia, a ésta se le aplican mordazas o se le vendan los ojos.

El bondage puede usarse como práctica estético-erótica, como parte de una relación BDSM, como una variante erótica más, como elemento en ceremonias de dominación o de sadomasoquismo.

En Japón se le conoce con el nombre de Shibari y cuenta con una larga tradición y una más que respetable ascendencia social.

 

 

Bondage y erotismo

A pesar de que este tipo de prácticas sólo recientemente se han empezado a recoger en obras de divulgación sobre sexualidad, el deseo sexual ligado a la inmovilización está muy extendido y se conoce desde antiguo, como lo muestran numerosas imágenes de intención aparentemente no erótica.


¿Por qué a algunas personas les atrae el juego de ser atadas? La razón que con más frecuencia se invoca es la liberación de inhibiciones y responsabilidades, en la medida en que confían las llaves del juego erótico a otra persona, que es quien marca las pautas. La sensación de dejarse llevar, de despreocupado abandono erótico, es para muchas personas altamente gratificante en el plano sexual.

A algunas personas les atraen también las sensaciones físicas: la presión de la cuerda, la imposibilidad de moverse, el roce o incluso la abrasión producida por la cuerda al desplazarse sobre la piel. Ligado a esto último está asimismo el placer obtenido por la adrenalina que genera el peligro simbólico. Atrae igualmente la sensación de impotencia cuando se hacen intentos por liberarse; a algunas personas les agrada realizar estos intentos mientras son estimuladas sexualmente por la persona activa, aunque el bondage no implica necesariamente contacto sexual. Es frecuente asimismo el uso del bondage en los llamados "juegos de sumisión" o juegos en los que se representan roles amo/esclavo. Finalmente, el bondage puede utilizarse como complemento de otras prácticas sexuales, incluso de tipo enteramente convencional, para estimular la libido de la persona que recibe el bondage y/o de la persona que lo ejecuta.

En este contexto, algunas de las razones que las personas activas suelen dar con más frecuencia para explicar su afición al bondage, son el estímulo que genera tener la total responsabilidad sobre el placer sexual del compañero o compañera, el placer creativo y estético unido a la visión del cuerpo humano encordado como una singular obra de arte, y otras razones, que son complementarias de las que interesan a quienes asumen el rol pasivo.

En la práctica del bondage pueden intervenir otros complementos, como máscaras, vendas, mordazas, plugs, columpios, etc.

 

La seguridad en la práctica del bondage

Tanto en el bondage como en el shibari, como prácticas eróticas, se tienen que seguir unas reglas básicas. Ante todo, la relación tiene que ser:
  • Sana
  • Consentida
  • Consensuada

El bondage se basa en una relación de confianza entre la persona atada y la persona que ata. Sobre esta última recae el grueso de la responsabilidad, dada la indefensión (previamente consensuada) de la otra. Para evitar accidentes, que en ocasiones pueden llegar a ser graves, se suelen seguir algunas normas básicas de seguridad:

  • No dejar nunca sola a una persona atada.
  • No pasar jamás una cuerda alrededor del cuello.
  • Contar a mano con unas tijeras funcionales, como medio de liberar rápidamente a la persona atada.
  • Prevenir los riesgos de caída: una persona atada puede llegar a sufrir un accidente serio si cae hacia atrás.
  • No realizar suspensiones con la persona atada si no se tiene la suficiente experiencia, ya que es una operación delicada.
  • No utilizar nunca nudos corredizos u otros tipos de nudos resbaladizos.
  • Realizar sesiones de corta duración si las posiciones son incómodas o si la persona que ata no es experimentada.
  • Hidratar regularmente a la persona atada y suministrarle líquidos.
  • Muchas de las posturas que se reproducen en el material gráfico sobre bondage, son de exhibición, no pueden ser reproducidas sin un alto dominio de la técnica. No se deben correr riesgos innecesarios.


El autobondage

Es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma, es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.

Las personas que practican este también denominado, arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego. Es cierto, sin embargo, que también existe un importante sector que lo practica de forma consensuadamente ritualizada, donde todos los elementos que se incorporan responden a implicaciones profundas y consensuadas entre las partes, sin rastro alguno de elemento de juego.